viernes, 14 de junio de 2013

Explicando OVNIs

Una de las quejas que suelen esgrimir algunos ufólogos ante las explicaciones que se dan a los avistamientos OVNI, sobre todo las relacionadas con objetos astronómicos (la Luna, Venus, Júpiter, etc) es que los explicadores, por lo general malvados escépticos, no investigan el caso personalmente, ni acuden al lugar de los hechos y se basan en datos de segunda mano. En ocasiones, hasta se apoyan en simples recortes de prensa. Estos argumentos los utilizan para rechazar dichas explicaciones, y en general para todas las que se propongan. 

A estos entusiastas, que por lo visto se rasgan las vestiduras ante los esclarecimientos atribuidos a astros, les vendría bien releer, por ejemplo, lo que Jacques Vallée (que no es precisamente un escéptico) escribió en 1966, en su libro Fenómenos Insólitos del Espacio, pag. 208:

Los informes que atribuyen a los fenómenos que acabamos de estudiar efectos ópticos que tienen por fuente un objeto astronómico son muy corrientes. Su estudio es tarea fácil y bastante instructivo, pues señala, sin vuelta de hoja, la limitación de la percepción sensorial y de qué manera ésta es reemplazada por la imaginación, efecto bien conocido por los astrónomos que han tratado de fijar los detalles de las superficies planetarias. Pone, además, en evidencia, la debilidad de los testimonios sobre formas y movimientos cuando los objetos en juego son de un débil diámetro aparente. Insistiremos sobre este punto, pues nos parece que numerosas hipótesis sobre formas fantásticas y maniobras complejas atribuidas a "platillos volantes" están basadas sobre tales informes, cuyo estudio crítico no ha sido llevado muy lejos.

En realidad, una sencilla nota de prensa, si contiene la información esencial, puede ser más que suficiente para explicar un avistamiento OVNI. Es lo ocurre, por ejemplo, con la siguiente noticia publicada por La Voz de España el día 1 de diciembre de 1968, donde se relataba la observación de un OVNI en el cielo de San Sebastián la noche anterior, día 30 de noviembre.


A las 18:55 horas locales del mencionado día, sábado, varias personas (entre ellas dos periodistas y un ingeniero) observaron un objeto luminoso que se movía lentamente o permanecía inmóvil:

...pudieron ver, en el hueco entre el Gobierno Civil y la casa en construcción junto al Cine Astoria, como al fondo y en lo alto había una luz que por su intensidad no podía corresponder a una estrella, máxime en una noche no estrellada.
La luz en un principio parecía no moverse, pero poco a poco y en un momento dado aumentando el resplandor de su luz se desplazaba zigzagueante para desaparecer casi a la media hora en la lejanía del suroeste.

El OVNI fue observado con unos prismáticos y esto es lo que se vio a través del citado instrumento óptico:

...era un objeto luminoso de una forma que recordaba a la de una medusa o si se prefiere un hongo o una campana abierta, de cuya boca salían destellos de luz que semejaban la cola de pólvora quemada que dejan los cohetes en su ascensión.

El periódico se puso en contacto con varias entidades para solicitar información sobre la aparición del insólito objeto luminoso:


Y la respuesta fue que no se observó nada extraño. Claro, esa noche, los organismos citados en la nota, no vieron nada raro en el cielo porque los testigos lo que observaron fue el planeta Venus. El 30 de noviembre de 1968, a las 18:55 horas, el citado astro estaba en el cielo a unos 10 grados sobre el horizonte suroeste (ver carta celeste).


Además, el azimut del planeta (221º) coincide con la dirección del OVNI indicada por los testigos, como se puede apreciar en el siguiente mapa.


La noche estaba nublada con algunos claros lo que hacia a Venus más llamativo y provocaba la ilusión de movimiento del planeta. Suele ser habitual, cuando un observador mira a Venus con prismáticos pensando que es un OVNI, apreciar luces adicionales, cambios de forma, etc. debidas a distorsiones ópticas y de color provocadas por el citado instrumento. Por otra parte, así se veía el mencionado astro a través de binoculares.


Como ha quedado patente en estas líneas, para resolver el avistamiento examinado en las mismas no ha sido necesaria una investigación de campo personal, directa, en el lugar de los hechos, etc. y eso que se trataba de un caso OVNI típico. Simplemente, ha sido suficiente con seguir las indicaciones expresadas por Jaques Vallée, citadas al principio de la entrada. No obstante, hay que indicar que una encuesta completa y objetiva siempre ayuda a dilucidar casos difíciles o complejos.


2 comentarios:

Raimundo Barbado dijo...

Yo quisiera, si ustedes me lo permiten, que me publicaran el siguiente comentario al respecto de ese artículo -sinceramente sin ánimo alguno de trollear-, y es que, respecto a Jacques Vallée y la famosa navajita de Ockham, los lectores del blog Misterios del Aire no estaría mal que conocieran también mi opinión (personal)sobre ese tema, ya publicada honrosamente en este enlace: http://orbitaceromendoza.blogspot.com.es/2013/06/lo-que-realmente-dijo-ockham-por.html#comment-form

Saludos a todos.

Chiribiritas dijo...

Barbas, tú trolleas hasta cuando, supuestamente, no quieres, porque un trolleo es la entrada marihuanesca en la que pegas ese comentario al que te refieres. Todo ello demuestra, por otro lado, que no tienes ni la menor idea de lo que es la citada navaja, y te encanta quedarte con el culo al aire.